HOJA PARROQUIAL 198

domingo, 21 de febrero de 2021

El Espíritu empujó a Jesús al desierto.  Al desierto solo se puede ir empujado por el Espíritu. El desierto (el silencio interior, la oración, la soledad, la austeridad…), es el lugar de la  escucha, del discernimiento, del encuentro contigo mismo, con Dios y con los demás. El Espíritu nos empuja a volver a “casa”, a lo esencial. Vamos muy cargados de todo. Nos cuesta ver más allá de lo que tenemos. Nos confundimos con lo que tenemos y no vemos lo que somos. Cuaresma es este momento de gracia para despertar a lo que realmente somos. ¡Dejemos que nos guíe el Espíritu que habita en nosotros! Y escuchemos ¡Cambia de mentalidad y recupera la frescura de la fe!  Feliz Domingo. Un abrazo.