"Entonces Herodes, al ver que había sido burlado por los magos, se enfureció terriblemente y envió a matar a todos los niños de Belén y de toda su comarca, de dos años para abajo, según el tiempo que había precisado por los magos. Entonces se cumplió el oráculo del profeta Jeremías: Un clamor se ha oído en Ramá, mucho llanto y lamento: es Raquel que llora a sus hijos, y no quiere consolarse, porque ya no existen" (Mt. 2, 16-18)
La matanza de los Inocentes tiene lugar en plena huida de José y María con el niño Jesús siendo un momento muy triste para aquellas madres que, fruto del odio del Rey Herodes, ven como sus hijos son asesinados.
Hay quien quiere ver cierta similitud (no sin razón) entre el asesinato de esos niños inocentes y la matanza llevada a cabo por el Faraón, ya que los hebreos han aumentado en número y es que en ambos casos tanto Herodes como el Faraón temen perder sus privilegios, pero Herodes, un Rey déspota no sabe que el Reino del Salvador nacido en un pesebre no es de este mundo.
Desde un punto de vista histórico ya desde el Siglo IV se conmemora este suceso, aunque no tienen una coherencia cronológica con las fechas de Navidad tal y como nos la muestran los Evangelios, ya que la Epifanía de los Reyes Magos es celebrada después de los Santos Inocentes. Ubicada tras la festividad de San Esteban (primer mártir de la Iglesia), el cual fue perseguido y asesinado por proclamar el mensaje de Cristo, los Inocentes, cuya festividad es el 28 de Diciembre, son mártires involuntarios y cuyo asesinato provocó el dolor de muchas madres.
