HOJA PARROQUIAL 176

domingo, 13 de septiembre de 2020

 ¡Perdonar setenta veces siete! El perdonar es más un acto de sabiduría que un imperativo moral. Cuando estamos en la ignorancia y dormidos, somos vulnerables y nos vemos separados de los demás. Ahí empieza el sufrimiento de sentirnos víctimas por lo que los demás nos hacen. Cuando despertamos caemos en la cuenta que fuera no hay nadie haciéndonos daños, somos nosotros los que realmente nos lo hacemos. Perdonar es sanar, es liberarse de la creencia que nos limita y nos encierra en nosotros mismos.
Por eso el perdón de Dios siempre está garantizado.  Dios nunca puede sentirse ofendido. Dios comprende y ve y, el que ve, ni condena y juzga. La desconfianza en el perdón total e incondicional de Dios nos viene porque le hemos hecho a nuestra imagen y semejanza. Siéntete perdonado y perdonarás y será libre.   Feliz domingo día del Señor. Un abrazo.