¡No tengáis miedo! Esta palabra que tanto
aparece en el Evangelio y que Jesús repite tantas veces, es porque el
miedo nos puede paralizar, nos lleva a refugiarnos en falsas
seguridades, que nos originan más miedo aún. El miedo nos hace dominante
y dominadores, violentos y no nos permite disfrutar de lo que somos. No
está en nosotros quitarlo por la voluntad, pero si podemos despertar y
descubrir que estamos bien seguros en la Presencia que siempre nos
acompaña. La fe se traduce en confianza y seguridad de que estamos en
buenas manos. La fe nos permite ver las cosas de otra manera, el miedo
nos lleva a querer cambiarlas y esto genera lucha, rechazo inseguridad.
¡Despertemos! las cosas puede ser y son de otra manera. Feliz día del
Señor, feliz verano. El Señor te bendiga y os bendiga a todos. No tengas
miedo, todo saldrá bien.
Un abrazo