TESTIMONIO #45: Ejercicios Espirituales de los SSCC

domingo, 13 de diciembre de 2015

Un año más la comunidad de Seglares Claretianos del Pilar hemos estado de Ejercicios Espirituales, este año en la Casa de la Iglesia (Seminario Diocesano) y dirigidos por el P. Juan Carlos Martos cmf. Durante cuatro intensos días hemos profundizado y ejercitado nuestra misericordia, coincidiendo con la inauguración del Año de la Misericordia.

El P. Juan Carlos Martos fue desmenuzando el sentido e importancia de la misericordia dentro del seguimiento a Jesús a través de la parábola del hijo pródigo, desde cada uno de los personajes que intervienen en la parábola. Así pudimos entender la huida de la casa del padre desde la perspectiva del hijo menor y cómo fue su proceso de volver al Padre, profundizamos en nuestras huidas de la casa del Padre y analizamos el proceso de vuelta de cada uno de nosotros a la misericordia que Dios gratuita y permanentemente tiene con nosotros. Entendimos la mirada de Dios en la figura del Padre, que contra cualquier lógica educativa acoge a su hijo con una fiesta. Y por último descubrimos la figura del hijo mayor, que muchas veces llevamos dentro por ser exigentes al entender que nos estamos esforzando más que otros y queremos nuestro reconocimiento.

Entender la misericordia de Dios pasa por la experiencia de ser perdonados por todos nuestros pecados, un perdón lleno de amor y cercanía. Reconocernos pecadores nos lleva a ver a nuestro hermano con la misma fragilidad con la que nos vemos a nosotros mismos al pecar y es, desde esa fragilidad, desde donde cualquier juicio desaparece y solo podemos dejar la puerta abierta al amor misericordioso. En palabras del P. Claret “tendré para con mi prójimo corazón de madre”.

Pero la misericordia de Dios, lejos de ser sensiblería, constituye precisamente junto a las Bienaventuranzas el mensaje central del Evangelio. Es ahí donde la Iglesia se juega su credibilidad y practicándola es como llevamos con alegría el mensaje de Dios a nuestra familia, nuestro trabajo y nuestros ambientes, un Dios que nos ha amado primero y cuya misericordia siempre recibimos, no como un premio, sino como un regalo.

En palabras del Papa Francisco: La misericordia es la viga maestra que sostiene la vida de la Iglesia, Todo en su acción pastoral debería estar revestido por la ternura con la que se dirige a los creyentes. La credibilidad de la Iglesia pasa a través del camino del amor misericordioso y compasivo. La iglesia <<vive un deseo inagotable de brindar misericordia>>. (Bula de convocación del jubileo extraordinario de la misericordia)