HOJA PARROQUIAL 282

domingo, 19 de marzo de 2023

El ciego de nacimiento vive de las “limosnas”. Esa es su realidad, no es consciente de otra manera de vivir. No conoce la luz ni el color de las cosas ¡cuántos ciegos de nacimiento estamos en la vida! Siempre pidiendo “limosna” (afectos, seguridad, confort, religión, cosas…) y dependientes del exterior, de  lo que los  demás, o las cosas o las circunstancias, nos puedan dar. Necesitamos que Jesús nos embarre los ojos y sintamos la necedad de ir a lavarnos a la FUENTE, que es Él mismo, y nos cure la ceguera de la inconsciencia, la ceguera de "siempre se ha hecho así", la ceguera de la seguridad (atrincherados en nuestras rutinas, en nuestras zonas de confort). Lo más grave para la fe y para nuestra Iglesia, no son los enemigos de fuera, sino las almas acostumbradas.
Después hay otra ceguera más terrible: es la ceguera de los que creen que ven. Esta es la más peligrosa y destructiva, y la más difícil de curar…. Que el Señor nos despierte y, al menos, descubramos nuestra "ceguera". Ese es el principio de la sanación. Feliz despertar. Un abrazo.