HOJA PARROQUIAL 145

domingo, 20 de octubre de 2019

En un mundo religioso, muy religioso y poco orante, Jesús nos presenta la insistencia en orar como condición normal del creyente. La tónica de los “religiosos”, incluidos los discípulos (de todos los tiempos), es  que estamos trabajando en las cosas de Dios, hablamos de Él, PERO SIN ÉL. Jesús no nos propone que seamos “pedigüeños” . Él sabe lo que necesitamos y lo que nos conviene. Estamos en buenas manos. Dios no es un Dios caprichoso al que hay que pedirle que sea mejor de lo que es.  La oración nos conecta con la Fuente de la Vida. Todo es como tiene que ser .  Orar es despertar a lo que somos. Esta es la raíz de la fe  (solo así se puede ser misionero).

"¿Qué es un milagro, le preguntó un discípulo al maestro. 
"Bueno, verás..., hay milagros y milagros. Entre la gente “religiosa” se considera un milagro el que Dios haga la voluntad de alguien. Entre los  creyentes se considera un milagro el que alguien haga la voluntad de Dios".
Un abrazo y feliz domingo