Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír: Dios
es gratuidad; es de todos y para todos sin exclusión de raza, religión
o situación social (ciegos, oprimidos, pobres) Pero Jesús tiene un
problema: es el “hijo de carpintero”. La mente “religiosa” es
exclusivista y le cuesta atravesar el muro de la “realidad” tal como es.
Las creencias siempre impiden la visión. Es una buena noticia para los
pobres”, o sea, para los que se dejan hacer por Dios. Dios no
está “donde lo ha colocado la mente; no es un Dios “pensado”. Es un Dios
“encarnado en la humanidad de Jesús y en nuestra humanidad. Feliz día
de nuestro Señorío ¡Somos señores con el Señor! No hagas nada por Dios
(es muy peligroso) ¡Déjate hacer por Él!