En las Bodas de Caná se nos manifiesta (es una Epifanía)
que la presencia de Jesús todo lo hace nuevo. Nuestra boda (nuestras
creencias, nuestra "religión) es vieja, rutinaria, sin alegría. ¡Siempre
lo mismo! Todo está vacío, aunque hagamos mucho ruido. Con Jesús todo
cambia. Despertemos y acojamos este nuevo vino que nos permita gozar de
las Bodas y del Banquete de la Vida. Es la hora de la plenitud y de la gratuidad. Y, todo esto, está en nuestra "casa", dentro de nosotros. ¡Celebremos lo que somos! ¡Es la Hora de la novedad! Es la "Hora" de la manifestación de la misericordia de Dios. Feliz día del Señor. Un abrazo.