Toda nuestra vida es un proceso: pasar de la oscuridad a la luz y de la
ceguera a la visión. No es fácil caer en la cuenta de que no vemos.
Estamos muy "tranquilos" pidiendo "limosna" al borde del camino. VER y
no juzgar, VER y acoger, VER y confesar. Dejemos que el Señor nos ponga
barro en los ojos (lo que somos) y nos de la valentía de ir a
lavarnos. SEGURO QUE VEREMOS...Y DE OTRA MANERA.
BUEN DOMINGO.
Un abrazo,