La Ascensión del Señor. Para Dios no existe el espacio ni el tiempo. Todo es "presente". Nuestro trabajo espiritual es despertar y ser consciente de esta presencia, aquí y ahora. Jesús está en nosotros, el Espíritu Santo nos habita, el amor incondicional, el Padre, nos envuelve y ha sido puesto en nuestros corazones. Si seguimos “mirando al cielo”, dejaremos de descubrir la presencia de Dios en nosotros y entre nosotros. La realidad espiritual de la Ascensión es atemporal pertenece al hoy como al pasado. Está sucediendo en este momento, en cada instante. No busquemos fuera lo que está dentro de nosotros. ¡Asciende, entra en el santuario donde habita Dios, tu interior! Feliz domingo.
