En el bautismo de Jesús, "se abrió el cielo, bajó sobre Él el Espíritu Santo y se oyó una voz: Tú eres mi Hijo, hoy te he engendrado". Esta es la Epifanía, la gran manifestación de Jesús. Lo que se ocultaba en “aquel galileo” que se sumergía en las aguas del Jordán, se hizo diáfano: EL HIJO DE DIOS, LLENO DE ESPÍRITU SANTO. Este es realmente el nacimiento de Jesús para la humanidad. Hoy es el día propicio para nuestro renacer y descubrir lo que somos. Estamos sumergidos en Jesús y empapados por el Espíritu Santo, el cielo está abierto y en nosotros resuena esa misma voz del Padre: Tú eres mi Hijo amado. Todo esto seguirá oculto hasta que despertemos y veamos lo que siempre ha estado ahí. ¡Feliz despertar a lo que somos!
Un abrazo.
Un abrazo.
