HOJA PARROQUIAL 172

domingo, 14 de junio de 2020

Quien come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él. En la Eucaristía “comulgamos”, entramos en comunión con la totalidad de Cristo. El Cuerpo de Cristo es toda la humanidad y la Sangre de Cristo es la Vida de esta humanidad. No nos quedemos “piadosamente” en el acto de la celebración, sino que despertemos y descubramos, en la Eucaristía, que Cristo habita en nosotros y nosotros en él. Somos presencia del Señor en el mundo. El nos dice: haced esto en memoria mía, esto es, hagamos memoria de Cristo. O sea, “recordemos” y “hagamos presente” que su alimento es hacer la Voluntad del Padre, que nos amemos como él nos ha amado, que su Palabra es vida, que el perdón en fuente de sanación, en definitiva, que nos levantemos de la “mesa”, nos coloquemos el delantal y nos pongamos a servir. ¡La Eucaristía es fuente de Vida! Somos nosotros los portadores del Cuerpo de Cristo.  Feliz día del Cristo Resucitado. Que saborees la vida que hay en tí. Un abrazo.