“No he venido a abolir la ley, sino a dar plenitud”.
La buena noticia que hoy se
nos presenta es vital: “Vivir o cumplir”. Lo peor que nos puede pasar es “ser
almas acostumbradas”, esto es, vivir desde lo exterior, desde la costumbre,
desde la norma. Es hora de volver a la alegría del Evangelio. Jesús nos propone
vivir en plenitud, desde nuestra verdadera identidad.
¿Desde dónde vivo la vida, la fe, mi relación con
Dios y con los demás, incluso conmigo mismo, desde la norma o desde lo que
realmente soy? Feliz domingo, día del
Señor y de nuestro Señorío. Un abrazo.