HOJA PARROQUIAL 130

domingo, 31 de marzo de 2019

“Un padre tenía dos hijos”… que “no sabían” quiénes eran, que desconocían a su padre y se buscaban la vida “fuera de la casa”. La parábola no es de “hijo pródigo” que es malo y tiene que convertirse de su malas acciones, o de un hijo resentido que vive en casa como un esclavo. La parábola es del Padre que ama sin condiciones. ¡Volvamos a casa!  En fondo siempre estamos en ella, pero no lo sabemos. Basta darse cuenta. Todo es nuestro, somos hijos. Pase lo que pase, “Dios no se muda” , estamos en buenas manos ¡Cuándo disfrutaremos de lo que somos y daremos gloria a Dios! La cuaresma es volver a lo esencial. Esa es la casa del Padre y donde siempre hay “fiesta” ¿No esta la religión de Jesús?
Feliz Domingo. Un abrazo.