SACERDOTE, PROFETA Y REY

lunes, 25 de junio de 2018

El Bautismo nos configura con Cristo. Con el primero de los siete Sacramentos, al ser humano le corresponde hacer las mismas obras que Cristo, aparte de que el propio Cristo actuará en él hasta el final de sus días. Después del Bautismo propiamente dicho, llega la crismación.
Éste es un rito complementario con el Bautismo en el que al recién bautizado se le unge con el Santo Crisma, el cual es una mezcla de aceite y bálsamo consagrados. El Sacerdote dice a los bautizados en la crismación cuando se les unge: "para que, incorporados a su pueblo y  permaneciendo unidos a Cristo, Sacerdote, Profeta y Rey, viváis eternamente".  
Los tres conceptos son trascendentales para nuestra vida Cristiana y normalmente poco comprendidos: 
  • El Cristiano es Sacerdote: el Sacerdocio que recibimos no es el ministerial, sino uno previo e incluso más importante. Todo Cristiano es Sacerdote, un bautizado está llamado a hacer de su vida una continúa alabanza al Papá Dios. Un Sacerdote en el sentido completo de la palabra es el que bendice, alaba e intercede por los demás. 
  • El Cristiano es Profeta: un bautizado está llamado a proclamar las maravillas de Dios, a dar testimonio publicamente de Cristo, a promover la Paz y la Verdad, así como denunciar las injusticias. Y es que un profeta no es aquel (como comúnmente creemos) que adivina el futuro, sino la persona que lee los acontecimientos presentes y futuros a la Luz del Evangelio. 
  • El Cristiano es Rey: el bautizado es una persona que es Libre; no es esclavo de nadie, ni de nada, ya que ha sido liberado del pecado, y tiene completa Libertad para hacer el Bien.
Por la unión con Cristo somos constituidos en lo mismo que es Él. Cristo es Sacerdote, Profeta y Rey y eso mismo somos nosotros una vez bautizados: Sacerdotes, Profetas y Reyes. ¡Qué bonito!