El Buen Pastor

domingo, 17 de abril de 2016

"Entonces Jesús les dijo esta parábola: «Si alguno de vosotros pierde una oveja de las cien que tiene, ¿no deja las otras noventa y nueve en el desierto y se va en busca de la que se le perdió, hasta que la encuentra? Y cuando la encuentra se la carga muy feliz sobre los hombros, y al llegar a su casa reúne a los amigos y vecinos y les dice: Alégrense conmigo, porque he encontrado la oveja que se me había perdido. Yo les digo que de igual modo habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que vuelve a Dios que por noventa y nueve justos que no tienen necesidad de convertirse"
La Alegoria del Buen Pastor es una de las más conocidas y reconocidas dentro del Cristianismo, pero no por ser tan conocida, no deja de tener una trascendencia vital para todos los creyentes; siempre haciendo referencia a que el Señor es el guía de nuestras vidas y que Él da la vida por sus ovejas hasta el punto de ir a por una que se ha perdido. 
Jesús como buen pastor guía a sus ovejas y Él las conoce y éstas le conocen. 

"Yo soy el buen pastor; conozco a mis ovejas, y ellas me conocen a mí, así como el Padre me conoce a mí y yo lo conozco a él, y doy mi vida por las ovejas. Tengo otras ovejas que no son de este redil, y también a ellas debo traerlas. Así ellas escucharán mi voz, y habrá un solo rebaño y un solo pastor"

A nivel religioso tiene gran importancia no sólo desde el Nuevo Testamento, sino desde el Antiguo Testamento donde donde en el reconocido Salmo 23 ya se asemeja a Dios con un pastor.
"El Señor es mi pastor;
nada me falta.
En verdes praderas me hace descansar,
a las aguas tranquilas me conduce,
me da nuevas fuerzas
y me lleva por caminos rectos,
haciendo honor a su nombre.

Aunque pase por el más oscuro de los valles,
no temeré peligro alguno,
porque tú, Señor, estás conmigo;
tu vara y tu bastón me inspiran confianza.

Me has preparado un banquete
ante los ojos de mis enemigos;
has vertido perfume en mi cabeza,
y has llenado mi copa a rebosar.
Tu bondad y tu amor me acompañan
a lo largo de mis días,
y en tu casa, oh Señor, por siempre viviré"
Así el Señor es el Buen Pastor que guía a sus ovejas, llegando a ser tan reconocida tan imagen que las primeras representaciones de Jesucristo a nivel pictorico hacían referencia a la alegoría del Buen Pastor; aquel que da y sigue dando la vida por sus ovejas.